Adquirir nuevos hábitos no es tarea fácil, ni aun siendo cosas que nos van a beneficiar, es frecuente que encontremos resistencias en el día a día. Luego llega un momento en el que todo parece que da un vuelco y todo es más fácil.
La dificultad en realidad reside en la persona que se propone cambiar un hábito. Y mucho depende de la mentalidad, aunque no todo es tan sencillo.
Cuando tenemos ciertos hábitos alimenticios por ejemplo, que nos nutren no sólo en lo físico sino también en lo emocional, se hace más complicado cambiar ciertos patrones de comportamiento.
Veamos una situación real.
Imagina por un momento esa situación en la que dices “necesito un momento de relax”
Si mi momento de relax lo tengo asociado a la toma de un café por ejemplo, y padezco de ansiedad, no será tan fácil cambiar ese café por otra sustancia que no empeore mi ansiedad. Es un poco paradójico esto. ¿Cuántas personas necesitan ese momento café porque están cansadas pero a la vez buscan ese momento de paz? ¿Tiene sentido? Bueno… pues depende.
Tiene sentido porque el sabor, el olor… le puede producir un bienestar y una serie de sensaciones que ayudan a que ese momento relax se haga realidad, a generar esa mentalidad, pero la elección de la sustancia no es la más adecuada si además, tiene ansiedad y lo que necesita precisamente es para cuidar su salud, no tomar sustancias que incrementen esa ansiedad porque además busca un momento de relax. ¿Me explico?
Así tenemos ante nosotras una situación súper común y que toca remediar.
Cuando quieres cambiar un hábito tienes que hacerlo por algo lo más similar posible y que te provoque las mismas sensaciones.
Cambio de escenario para esa búsqueda de momento relax.
Si ese momento va acompañado de una bebida que te encante, en el caso anterior era el café, quizá para empezar el cambio podría sustituirse por un café de cereales, para asemejar el color y la consistencia. Luego podríamos quizá introducir otras cosas como alguna planta medicinal que además nos aporte bienestar a nivel del sistema nervioso. ¿Sería más adecuado ese momento relax? En esta ocasión, estamos teniendo en cuenta no sólo la parte física, sino también la emocional, que es la que hay que cubrir para que ese hábito se transforme en algo que salga de forma fácil y pueda formar parte de un ritual de autocuidado.
Pero ante todo esto, siempre hay algo, y quizá lo más difícil, es tomar la decisión comprometida de que eso sea una realidad y evidenciarlo en algún lugar, cómo en un diario en el que cada día celebres lo bien que lo has hecho.
En un hábito no solo cuenta el hábito en sí mismo, sino todo lo que implica esa acción. Y ya sabemos que no sólo somos un cuerpo andante, sino que sentimos en el cuerpo gracias a nuestras emociones, que el dialogo interno que tengamos genera los pensamientos, y que cuanto más nos acerquemos a hacerlo fácil, más factible hagamos que sea una realidad.
Pero mi propuesta va de 3 hábitos que no te “obligan” a quitarte nada ni a cambiar nada complicado de hacer. Sino a incluir si no lo estás haciendo ya, estos 3 pasos para que tus días sean cada vez mejores. Que notes cómo tu cuerpo te agradece estas acciones y disfrutas de días con mayor energía.
HÁBITO #1 BEBER UN VASO DE AGUA TEMPLADA CON LIMÓN
- El limón es antiséptico, antiinflamatorio y antioxidante. Es rico en Vitamina C, bioflavonoides y citratos.
- Estimula el hígado y aumenta la secreción biliar, es depurativo, ayuda a regeneración de glóbulos blancos y fortalece los capilares sanguíneos.
- Tomado en ayunas estimula el complejo motor migratorio, que es lo que nos ayuda a limpiar nuestro sistema digestivo. Se activa en períodos de ayuno y se puede ver afectado por diferentes circunstancias, como el estrés crónico.
- Así que para romper ese ayuno nocturno que ocurre de forma natural cuando dormimos, es buena idea hacerlo con algo que ayuda a mantener esta función y así además beneficiarnos de todas las propiedades del limón. Es importante que el agua sea templada y no fría.
- Se recomienda esperar unos 20 min para desayunar.
HÁBITO #2 ACOSTARTE TEMPRANO Y LEVANTARTE PRONTO
- El descanso es fundamental para poder hacer todas las funciones metabólicas de regeneración y limpieza.
- Disminuye el ritmo cardíaco, por lo que el sistema cardiovascular puede descansar. También los músculos se van relajando cada vez más, y con ello estos músculos y huesos se reparan del desgaste diario. En la etapa de sueño más profundo el cuerpo ralentiza todas sus funciones y empieza la reparación del organismo.
- Las hormonas leptina (inhibe el hambre) y ghrelina (estimula el hambre) se equilibran. Nuestro cerebro empieza a integrar lo que hizo durante el día, consolida lo aprendido.
- Dormir poco afecta a tu felicidad, a tu capacidad de ejecutar tu trabajo y por lo tanto empeora los resultados en tus proyectos. Disminuye la fuerza física, empeora tu atención.
- Cómo ves hay muchos motivos por lo que procurarte un buen descanso es importante para cuidar tu salud.
HÁBITO #3 COMER UNA BUENA RACIÓN DE VERDURAS CRUDAS Y COCIDAS EN CADA COMIDA
- Las verduras son fuente de vitaminas y minerales indispensables para tener una buena salud. También nos ayudan a depurarnos, por lo que las hacen aún mas interesantes.
- Tomarlas crudas o cocinadas tiene algunas diferencias y por ello mi recomendación es que en cada comida, tengas presente algo de cada. Puede ser una ensalada y unas verduras al vapor acompañando lo que quieras, o una crema de primero y en el segundo acompañar tu elección con unas verduras no cocinadas.
- La finalidad de esto es que cuando cocinamos perdemos nutrientes en esos alimentos, que no todos, pero así nos aseguramos una buena variedad para que nuestro cuerpo coja lo que necesite. Los alimentos crudos gozan de todos los nutrientes intactos pero a veces no es posible consumirlos en su forma natural, va a depender del alimento en cuestión o de cómo te guste consumirlo a ti.
- Lo más importante aquí es la variedad. Intenta que al menos, si no puede ser en cada comida, ingieras una ración de verdura cocinada y otra cruda prefiriendo la cocinada por la noche.
- Si no estás acostumbrada a tomar muchas verduras, incrementa poco a poco su consumo para no notar ningún malestar digestivo.
Si no estás llevando estos hábitos a día de hoy, te animo mucho a que lo hagas y que tomes consciencia de cómo te vas sintiendo en el día a día. Qué te está sentando bien, que no… Cómo van tus niveles de energía, si te está costando seguirlo, si los has integrado de forma natural… Es importante para tomar consciencia y mejorar en el día a día cómo me estoy sintiendo con lo que hago para decidir si va contigo o no.
Si empezar con estos 3 hábitos es demasiado, elige uno y con decisión y firmeza, intégralo y disfruta de todo lo que vas a aprender sobre ti en este proceso. Los cambios de hábitos o integración de otros nos enseñan muchas cosas, resistencias, claridad, flexibilidad y agradecimiento. Conseguir afianzar un hábito sube la autoestima, así que a por ello.
Deja una respuesta