La realidad es que nos encanta sentirnos energéticas, productivas y con ilusión en el día a día. ¿Pero qué pasa cuando no descansamos bien?
Muy probablemente sepas de qué te hablo. Más aún si tienes hijos e hijas pequeños y tus horas de descanso no dependen sólo de tus decisiones.
Aunque también estoy segura, que nunca pensaste en cuanta energía ibas a tener durmiendo tan poco cuando tienes bebes y niños pequeños ¿eh? Aun así, quiero hacer una reflexión al respecto de cómo propiciar y mejorar ese descanso que tanto necesitamos, para estar realmente bien al levantarnos por la mañana.
Para lograr un buen descanso, es imprescindible darnos cuenta primero de cómo son nuestros días, para así poder ser coherentes y hacer los ajustes necesarios.
Si vivimos con muchísimo estrés, es hasta probable que no consigamos ni conciliar el sueño pese a que lleguemos al final del día agotadas. O que te despiertes a ciertas horas de la madrugada, te desveles y no puedas dormir. Y entonces es cuando tu cabeza empieza con su dialogo y pensamientos poco amables.
¿Te pasa o te ha pasado? Si lo has vivido, sabrás que es realmente incómodo y a veces llega a ser algo desesperante, levantarte y no tener energía para tirar con fuerza, aunque luego siempre, la saquemos de vete a saber dónde.
Y ahí está la cuestión. Que esa energía que tenemos, quizá esté mal enfocada. El autoconocimiento es imprescindible para que nuestros días sean cada vez mejores y evitemos el desgaste innecesario.
Hay situaciones que son bastante desgastantes en sí mismas. Ejemplos de esto son, ir contracorriente en educación y crianza, en temas de salud, mantenerte en ser tu misma en un entorno retador, aguantar criticas ajenas, trabajar en lo que no te gusta porque lo necesitas, toda la carga de trabajo que tengas en el día a día, situaciones complicadas que te toque vivir… En fin, un montón de cosas en las que podríamos extendernos. Pero no vamos a centrarnos en eso, vamos a verlo de cara y nos enfocaremos en lo que sí queremos generar.
Queremos tener un buen descanso para estar bien, saludables y con buen humor, entre otras cosas buenas que trae dormir bien. Y aunque no duermas todas las horas que quisieras, notarás los efectos de estas ideas si las aplicas cada día.
Vamos a ver que rutina nocturna podría ser de ayuda para empezar en un camino de transformación respecto a esto. Y digo camino, sí, porque no va a pasar de un día para otro, va a depender de tu compromiso contigo que puedas mejorar tu calidad de sueño.
Al margen de que ahora veremos esta rutina que te propongo, hacer micro descansos en el día te ayuda a ir canalizando tu energía y no llegar desgastada a la noche. Y así evitar esa situación de llegar a la cama y no poder dormir.
Ejemplos de micro descansos para mentes inquietas
Parar a contemplar desde tu ventana, hacer un ciclo de varias respiraciones, leer un poco, bailar, escuchar música… Alguna actividad que te ayude a generar esa conexión contigo y volver al centro.
Aquí las 5 ideas que quiero compartir contigo para que implementes como rutina nocturna:
#1 CENA TEMPRANO
Irse a dormir cuando aún estás haciendo la digestión, hace que los procesos de renovación que tendría que hacer tu cuerpo cuando duermes, no los haga tan eficazmente porque primero ha de gastar esa energía para digerir.
Cuando una se acuesta a descansar, ha de “tener todas las faenas corporales hechas” por decirlo de alguna manera, para que la energía haga lo que le toca hacer por la noche.
Es mucho más renovador y descansarás mucho mejor. ¿Te ha pasado eso de cenar mucho y luego tener pesadillas? ¿De cenar cosas menos saludables y levantarte más cansada?
Fíjate en lo que cenas y en cómo descansas. Cómo estás por la mañana, y podrás ajustar aún más esas cenas aparte de adelantarlas dentro de tus posibilidades.
#2 INFUSIÓN RELAJANTE
Cerrar la cena con una infusión te calma y aporta un calor al estómago que mejora también así la digestión. Más si utilizas alguna planta digestiva, aun así para mejorar el descanso, puedes tomar melisa, mejorana, tila, azahar… Probar una mezcla de ellas o tomar una sola para ver qué efecto se produce en ti.
Puede ser un buen momento para leer, escuchar una música suave, encender una vela y hacer una pequeña revisión de cómo está tu cuerpo y estrechar la conexión contigo.
#3 RESPIRACIONES
Antes de ponerte a dormir, o durante el momento de la infusión, puedes también hacer ciclos de respiraciones conscientes, con una luz tenue reduciendo al máximo todos los estímulos que tengas. Parar la mente… centrarte exclusivamente en la respiración y dejar que los pensamientos vayan y vengan sin ningún tipo de bloqueo. Dejar que el movimiento natural de tu mente se produzca y se vaya estabilizando a medida que te centras en simplemente, coger aire y soltar.
Puedes incluso hacer alguna visualización que te ayude a descargar tensiones. A liberar tu musculatura.
#4 ESCRIBE
Deja en un cuaderno todos esos pensamientos que te están dando vueltas antes de dormir. Déjate incluso a mano en tu mesita de noche o dónde te venga bien, el cuaderno o libreta que has elegido para esto.
Poder volcar los pensamientos es muy liberador, y mejora muchísimo el descanso. Veras que incluso te permite dormir. Úsalo si te despiertas de madrugada y no sabes cómo parar tu mente si es el caso. No te preocupes si sientes que lo que estás escribiendo no tiene sentido. Es no importa en ese momento.
Escribe tus preocupaciones, bloqueos, lo que sea que te esté impidiendo estar en paz. Tus reflexiones al respecto, y saca todo eso para poder pensar con claridad y descansar.
#5 EVITA TECNOLOGÍA EL RATO QUE PUEDAS ANTES DE ACOSARTE
Todos los estímulos tecnológicos que puedas evitar para descansar mejor, evítalos. El cerebro necesita parar para descansar, y eso implica la reducción de estímulos y todas sabemos lo que supone estar trabajando con el ordenador, o acostarnos con un móvil en la mano, ¿verdad? Puedes desvelarte, o evitar dormirte antes cuando tu cuerpo ya te estaba pidiendo dormir. Así que mi recomendación si puedes evitarlo… deja la tecnología y haz otras actividades que supongan menos estímulo visual.
El descanso es mucho más reconfortante cuando te pones a dormir estando con la mente relajada.
Quizá leer una buena novela te enriquece mucho más, te lleva a mundos insólitos y te pones a dormir con otras sensaciones. Leer antes de dormir es algo que a mí me encanta hacer y que puedo alargar o acortar según el rato que pueda estar presente en la lectura.
Todas estas acciones las implemento a diario y puedo decirte que funcionan, quizá tú puedas adaptar esa rutina según el día o hacer en lugar de estas acciones otras. Aun así, mi máxima recomendación es que crees esa rutina que te ayude a descansar, conectar y relajarte antes de meterte en la cama. Tener ese rato de conexión para poder tener un descanso reparador.
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