Has oído esto de los autocuidados y empiezas a ver que es algo importante y relevante para tu vida. ¿Pero sabes qué indicativos van a decirte si necesitas ponerte YA manos a la obra?
A veces pensamos que simplemente la vida y lo que nos ocurre dan como resultado todos estos indicativos, y así es. En nuestra mano está cómo gestionarlos para que a la larga no desarrollemos patologías por “desgaste”.
Hay épocas en nuestra vida que requieren un esfuerzo extra y debemos estar preparadas y cuidadas para dar lo mejor de nosotras y sentirnos siempre enérgicas y saludables.
Y no siempre es fácil, sobre todo cuanto tenemos integrado que hay ciertas épocas que son así porque sí y creemos que no podemos hacer nada por mejorarlas.
Hay épocas difíciles, es así, pero yo soy de las que aunque me gusta tocar de pies a tierra y no obviar la realidad, me pongo en lo que sí está en mi mano para mejorar mis días y mi salud. Y poner foco a eso, en lo que está en mi mano. Y eso es lo que precisamente quiero compartir contigo.
5 SITUACIONES PARA DESPERTAR Y EMPEZAR A TOMAR ACCIÓN
#1 DUERMES MAL
¿Cuál es tu principal motivo por el cual no consigues dormir? ¿Sientes que te levantas descansada? Voy a diferenciar estas dos situaciones. Y te explico por qué.
A veces no es cuestión de horas de sueño sino por la calidad del mismo que consigamos sentirnos descansadas y energizadas.
No todo el mundo necesita la misma cantidad de horas y es interesante analizar qué es lo que está pasando en tu situación personal, sobretodo, para que puedas poner remedio.
El descanso es fundamental para poder sentirte bien, que tus funciones corporales funcionen perfectamente y tengas una mente sana y activa.
Hay situaciones especiales que requieren por nuestra parte un extra. Cuando tenemos hijos pequeños o bebés (por ejemplo) que, ya sea por la lactancia o porque tienen los despertares normales a la edad de desarrollo, eso provoca en nosotras la interrupción de sueño constante. Va a depender de sus despertares que nosotras consigamos dormir más o menos y obviamente la sensación de descanso también se verá afectada.
Menciono esta situación como especial porque esto durará unos años y luego podremos volver a instaurar unos hábitos de sueño que serán más reparadores para nosotras, pero hay que tener en cuenta que el autocuidado en esta etapa es fundamental para llevar los días de forma saludable y no con la sensación de que nos vamos arrastrando día tras día y que además tiene un impacto en cómo me alimento, en mis emociones, etc.
Yo recuerdo un día en especial, en el que dormí 4 horas seguidas después de tener a mi segunda bebé. Ese día amanecí con la mente más clara, con más energía y de mejor humor. Lo recuerdo porque aquel día fue especialmente significativo ya que llevaba unos años sin lograrlo. ¡Y qué diferencia! Seguro que te suena esta historia.
Es una etapa en la que es importante priorizar nuestras tareas y tener muy claro que podemos llevar a cabo sin dejarnos a nosotras por el camino.
Así que párate un minuto y analiza cómo es tu sueño, cuál es la causa de que no consigas descansar y cómo puedes resolverlo para mejorar.
¿Podrías delegar alguna tarea que haga que no vayas tan cansada durante el día? Si no haces colecho con tus hijos, ¿puedes plantear la posibilidad de hacerlo y descansar todos mejor?
Ya sabemos cuando somos madres que es cuestión de adaptarse y que nuestros pequeños nos necesitan. Perfecto. Así es la naturaleza. Por lo tanto nosotras, sabiendo esto, lo que vamos a hacer es facilitarnos los días para que cuando llegue la hora de descansar y dormir a pesar de los despertares consigamos no cansarnos tanto durante el día para poder estar también por las noches.
Y aún así es probable que vivas ésta época como algo muy intenso, y así es. Hagámonos los días más fáciles dentro de nuestras posibilidades.
También, pueden ocurrir otras situaciones, malas digestiones, preocupaciones, extremo cansancio, privación de sueño por exceso de trabajo… Es importantísimo que reflexiones sobre esto, porque el descanso es la base para muchísimas cosas, para tus demandas alimentarias por ejemplo. ¿Cuántas veces has ido a echar mano de cualquier alimento procesado por puro cansancio? ¿Cuántas veces sientes esa sensación de “necesitar azúcar”? ¿Cenas muy tarde? Revisa esto y pon remedio, verás cómo tus días amanecen muchísimo mejor.
#2 TÚ ALIMENTACIÓN NO ES SANA
Otro de los indicativos para verificar que necesitas centrarte en tus autocuidados es la alimentación. La base para sentirte saludable y enérgica junto al descanso.
Ya hemos visto que a veces las demandas van ligadas a las horas de descanso, pero ¿y cuando no es por eso?
La alimentación controlada por las emociones no suele ser muy equilibrada. Pasas de un extremo a otro con facilidad y con ello tu sensación de culpa aumenta porque sabes que estás comiendo lo que no debes y sabes que en definitiva no te sienta bien pero necesitas hacerlo para apaciguar el momento.
No sólo existe el indicativo de tener un sobrepeso para ver que no estamos haciendo una alimentación sana. No siempre es cuestión de peso, a veces el indicativo es la falta de energía, el mal humor, la poca concentración, las malas digestiones o malestar digestivo, estreñimiento, etc… Te invito a reflexionar también sobre esta parte siendo sincera contigo misma ¿Llevas la alimentación que sabes que te beneficia? ¿Sabes que tienes que hacer pero no consigues hacerlo? ¿Qué tipo de alimentación quieres llevar? ¿estás cubriendo tus necesidades reales a la vida que llevas y a las exigencias que tienes? Piensa en ello, es importante.
#3 TU CUERPO SE QUEJA DE DOLORES
El dolor siempre es indicativo de que necesitamos parar y revisar qué está pasando. Siempre. Y darle al cuerpo lo que necesita y si es posible, solucionarlo desde la raíz. Muchas veces se trata el dolor como si en sí mismo fuese una enfermedad, y no. El dolor es un síntoma de que algo no está funcionando bien, y hay que prestar atención a ello y averiguar la causa para poder ayudar a nuestro cuerpo a que deje de “quejarse” y optar por las opciones lo más naturales posibles para aliviar el dolor dentro de nuestras posibilidades.
La tensión muscular es una de las causas más frecuentes, cuando no hay otra patología asociada, a sentir ese dolor generalizado en el cuerpo, y que nos sintamos pesadas y “lentas”. Es una sensación a veces de cansancio extremo que se traduce a través del dolor del cuerpo. Es el estrés acumulado que no liberado de otras formas nuestro cuerpo guarda en su memoria y va aumentando la carga.
Es importante en este punto empezar con estrategias que te ayude primero a gestionar el estrés si esa es tu causa principal y hacer actividades que ayuden a la liberación muscular. Además con el movimiento, también ayudarás a tu mente a gestionar todo muchísimo mejor. Recuerda que tu cuerpo está conectado y que una cosa afecta a otra, tanto para bien como para mal.
Unas sugerencias sería caminar por la naturaleza, hacer alguna actividad que te ayude a desconectar y si es posible que esté conectada con plantas, meditar, correr, hacer yoga… No tienen que ser actividades calmadas en sí mismas. Puede ser que a ti te ayude mucho más ir a hacer una clase dónde te retes físicamente, o hacer un entrenamiento potente para liberar todo el estrés. Dependiendo de cómo sea mejor para ti, traza tu plan y comprométete a ello.
En general las actividades relacionadas con la naturaleza suelen tener un impacto positivo en las personas, en el cuerpo y nuestra mente.
#4 ESTÁS CANSADA TODO EL DÍA
Aquí nos toca revisar, nuestra alimentación, el descanso, los momentos “para ti”, tus rutinas de bienestar, el cuidado emocional, el exceso de trabajo y/o tareas, la organización, la planificación…
¿Existe un motivo principal, o hay varios? ¿Podrías hacer una lista?
Si consigues hacer una lista, ves paso a paso y ordena por prioridades cómo podrías mejorar esas áreas.
Si necesitas mejorar el descanso por falta de horas, si necesitas desconectar más a menudo, si necesitas alimentarte mejor… reflexiona y pon foco en lo que necesitas solventar primero. Es probable que si te paras a hacer este ejercicio te salgan varias cosas que atender y esto te abrume. Mi consejo es que vayas paso a paso y con lo primero que puedas abordar, si es la alimentación céntrate por un mes en ello, y verás cómo desde esa motivación podrás ir solventado otras áreas.
#5 TUS MENSTRUACIONES SON DOLOROSAS
Cuando no respetamos los ciclos energéticos y fisiológicos de necesidades de nuestro cuerpo, las funciones biológicas básicas se ven afectadas.
Es decir, en nuestro caso cómo mujeres, menstruar no tendría que doler. Esa es una realidad. Cuando duele, como dije antes, es porque hay algo que atender. Y ese algo puede ser… disminuir el ritmo, comer de forma también “cíclica” aportando los nutrientes que necesita cada fase de nuestro ciclo, hacer deporte, acudir a algún tipo de terapia natural que nos ayude a regular lo que esté ocurriendo…
Hacer una observación en profundidad de cómo menstruamos y cómo nos vamos sintiendo nos da pistas también para poder adaptar lo que tenemos que hacer con lo que nos pide el cuerpo. Escucharnos es algo vital y nuestro cuerpo nos guía si sabemos escuhar.
Cómo ves hay muchos indicadores que nos invitan a parar, observarnos, mirar hacia dentro… y ver por dónde tenemos que empezar. Si sientes que tienes que abordarlo todo, calma. Paso a paso. Da prioridad a lo que más crees que te está afectando y empieza por ahí. Trazar un plan de bienestar es lo primero para tomar el control en las diferentes áreas de nuestra vida y así siempre sentirnos saludables, enérgicas y darnos los cuidados necesarios en cada etapa de nuestra vida. No es lo mismo ser una mujer con hijos que sin ellos ¿verdad? Los autocuidados cambian y muchas tras la maternidad nos olvidamos un poco de todo eso porque nuestros hijos pasan a ser nuestra prioridad. Pero sin cuidarnos nosotras, poco lejos vamos a llegar, así que…te animo mucho a que consigas ese equilibrio con tus autocuidados y con los que das a los demás.
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