Cada vez más, llega a nosotras información sobre cómo cuidarnos de forma natural y consciente. Cómo usar lo que nos ofrece la naturaleza, respetándola también.
Los alimentos son realmente los tesoros que determinan en muchas ocasiones nuestra salud, nuestra respuesta ante las adversidades y tiene una fuerte influencia en nuestras emociones.
Podemos ver la alimentación como una fuente de energía para poder funcionar, pero también, podemos ver más allá, y darnos cuenta que todos los elementos que ingerimos tienen propiedades medicinales que nos ayudan en especial en ocasiones concretas.
Los nutrientes que ingerimos tienen sus propiedades que actúan en diferentes sistemas, así vemos que el impacto de la alimentación es en todos los niveles. Los nutrientes que ingerimos nos sirven para todas las funciones de nuestro cuerpo, por lo tanto, el impacto que hay en nosotras es físico, emocional y mental.
Tal cómo te alimentas, vives, sientes y piensas.
Hoy hablaremos de los alimentos que nos ayudan a mejorar la respuesta de nuestras defensas y otros factores que bien gestionados pueden colaborar también en esa respuesta y cómo cuando no les prestamos atención, vemos que ocurren otras cosas que nos alejan de un estado de buena salud.
#1 NUTRIENTES QUE ALIMENTAN TUS DEFENSAS Y DÓNDE ENCONTRARLOS
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Zinc: Semillas calabaza, avellanas, almendras, carne, huevos.
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Hierro: Huevo, sardinas, semillas cáñamo, girasol, quinoa, legumbres, vegetales verdes y hortalizas
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Selenio: Nueces brasil, legumbres, cereales integrales, verduras verdes, carne, huevos.
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Cobre: Legumbres, verduras, cereales integrales, aguacates.
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Flavonoides: Arándanos, ciruelas, manzanas, bayas, naranjas, fresas, espinacas.
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Vitamina A y betacarotenos: Huevos, pescado azul pequeño, zanahoria, boniato, calabaza.
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Vitamina E: Aceite de oliva, avellanas, almendras, aguacate.
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Vitamina B: Carnes, pescados, verduras, frutos secos, huevo, legumbres, cereales integrales.
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Vitamina C: Fresas, cítricos (naranjas, limones, limas), papaya, kiwi, pimientos, fermentados.
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Vitamina D: Exposición solar, huevos, champiñones.
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Betaglucanos: Setas.
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Clorofila: Hojas verdes como la acelga, apio, canónigo, col china, col verde, endibia, escarola, espinaca, rúcula, etc.
Tenemos muchos alimentos medicina que podemos incluir en nuestro día a día y organizar nuestro menú para que aparezcan con frecuencia y variedad.
#2 CUIDA TU INTESTINO
Tomar alimentos prebióticos y probióticos te asegura una buena calidad de la flora bacteriana que hace de barrera y modula tu respuesta inmunitaria y mejora el bienestar digestivo.
Los alimentos que tienes que incluir con efecto prebiótico son:
- Alcachofas, el ajo, la cebolla, el puerro, los espárragos, la avena, la cebada, las hojas de achicoria.
Los alimentos que tienes que incluir con efecto probiótico son:
- Kéfir, chucrut, sopa de miso, té kombucha, tempeh, chocolate negro.
#3 ESTRÉS BAJO CONTROL
Cantidades altas de cortisol “la hormona del estrés” en nuestro cuerpo, provoca cambios en nuestra respuesta inmunitaria.
Hay una estrecha relación entre el sistema nervioso, el sistema endocrino (hormonas) y el sistema inmunitario.
El estrés es una respuesta natural del organismo a situaciones externas que requieren atención especial. El cortisol y la adrenalina nos sirven para estar alerta, y actuar en consecuencia según la situación, para conservar nuestra integridad.
Cómo vivimos las situaciones en la vida es totalmente relevante e importante.
Un ejemplo de vida
Hay situaciones que vivimos de forma reiterada, que nos causan mucho estrés, malestar e inquietud. Puede llegar hasta el punto que el descanso se ve afectado y esto empeora el asunto.
¿Cuántas veces te dices, estoy estresada?
Si sueles decírtelo a menudo, mi recomendación es que te hagas caso y pongas solución a esas situaciones. Que actúes. Porque tu cuerpo responde a ese estrés y si vive ocupado en “sobrevivir” no te quedaran energías para otras cosas. Pon foco en lo importante.
Hay situaciones que por sus características te mantienen en un estrés que perdura por tiempo. Hay situaciones que se escapan de nuestro poder y no está en nuestra mano la solución total y directa porque entran varios factores.
Pero en lo que sí puedes actuar es en cómo lo vives tú. Y es dónde te recomiendo que pongas foco. En lo que tú puedes realmente hacer. Ponerte en acción provocará una gestión de ese estrés a mejor, y aunque la situación no esté solucionada al 100% ese movimiento hará que tú te sientas mejor.
Cuando vives algo como una amenaza, (a veces simplemente son sensaciones en el cuerpo, ni tan siquiera hemos llegado a ponerle nombre, y esto es muy importante, porque tu cuerpo habla constantemente), si le sumamos un diálogo torturante de pensamientos negativos reiterados que te alejan de la solución, estarás provocando que tu cuerpo se ponga en alerta y se mantenga en ese estado frente a esa situación. Se graba en nuestro cuerpo ese detonante. Ante esa situación, si no la gestionas de forma consciente, tu cuerpo te recordará y la respuesta “de alerta” será automática. ¿Te suena todo esto?
¿Vives alguna situación en que hayas detectado una respuesta estresante automática dónde tus funciones se vean afectadas?
Unos ejemplos podrían ser: ir al dentista, ir al médico, cambiar de trabajo, hablar en público…
Y aquí abro un paréntesis, para dejar presente lo importante que es que los niños vivan todos estos procesos “invasivos” sobre su cuerpo y salud, de forma respetuosa y consciente, acompañada y sostenida para que no reaccionen de forma negativa en el futuro y sientan los retos y desafíos desde otro lugar.
Ante cualquier situación nueva que es un reto o desafío para nosotras y/o nuestros hijos (como por ejemplo, ir al cole el primer día, cambiar de escuela o empezar un nuevo curso) se provoca esa respuesta estresante. Pero es positivo, nos mantiene en alerta y pone todos nuestros sentidos a nuestra disposición, luego se gestiona y todo fluye. Por ello las situaciones que provocan esas alertas, deben ser cuidadas para que el cuerpo grabe esa información como una oportunidad de crecimiento.
El estrés no es malo, nos invita a movernos, a responder ante una situación y solucionarla. Es una respuesta natural de nuestro organismo que preserva nuestra vida.
El estrés dañino es el que se mantiene en el tiempo y hace que nuestras reservas de nutrientes también sean necesarias aumentarlas para mejorar la capacidad de respuesta. Al margen de aprender nuevas estrategias para poner soluciones a esos conflictos o situaciones que nos mantienen en estado de alerta y preocupación constante.
#4 EJERCICIO
- El ejercicio aumenta las endorfinas, las conocidas hormonas de la felicidad, que provoca en nosotras una sensación de bienestar provocada por la disminución de tensión nerviosa. Te ayuda a mejorar tu estado de ánimo
- Reduce los niveles de cortisol, que ya hemos visto que efectos tiene en el organismo.
- Ayuda a gestionar emociones como la frustración, los bloqueos, los pensamientos que te mantienen en bucle negativo. Por lo que calma la mente.
#5 CUIDA TUS PENSAMIENTOS
Lo que pensamos tiene una respuesta directa en nuestro metabolismo. No es lo mismo concentrarnos en buenos pensamientos que nos generan buenas sensaciones de alegría, felicidad, bienestar… Que pensar en situaciones que hemos vivido de forma negativa. Pensar digamos sólo en las cosas malas.
Ocupa tu mente con cosas bonitas, positivas, que te gusten y te encanten. Así cuando lleguen momentos malos podrás gestionarlos mejor o al menos tendrás otro entrenamiento también en positivo, y cuanto más trabajes en ello, más fácil será para ti salir de las negativas.
Las situaciones hay que vivirlas para gestionarlas, no taparlas y hacer como que no existen porque nos provocan tristeza o dolor… Hay situaciones que inevitablemente nos provocan esto. Omitir la realidad a veces nos salva de forma puntual, otras nos encarcela en el dolor si lo perpetuamos en el tiempo. Vivir a veces duele, tenemos que desarrollar las habilidades necesarias para las pruebas que nos ha puesto esta vida.
#6 CUIDADOS NATURALES PARA LA SALUD
Otra de las cosas que puedes hacer es ayudarte en las situaciones en que enfermes al margen de cuidar tu alimentación es utilizar productos naturales preparados y enfocados para mejorar la respuesta inmunitaria, como por ejemplo:
- Echinacea, Propóleo, Suplementos de vitamina C, Cobre en oligoelemento… Hay bastantes opciones dependiendo del origen de la situación.
A mí personalmente, me gusta tener en cuenta el motivo o los factores que influyen en esa respuesta inmunitaria, aunque sea un simple resfriado. A veces es necesario aparte de la alimentación, algún suplemento que favorezca la respuesta inmunitaria, trabajar sobre los mecanismos de estrés para que la recuperación sea más rápida y duradera. Reflexionar un poco al respecto, para encontrar el punto de equilibrio hacia el bienestar.
Así que mi recomendación es que no te quedes en las puertas de tomar algo natural cuando lo puedas necesitar, sino que vayas un poco más allá y trabajes sobre el terreno, sobre tu metabolismo en general y que salgas fortalecida de la situación y evites posibles reincidencias.
Espero que te sirva todo y puedas implementarlo lo antes posible para comprobar la multitud de beneficios que tiene cuidar tus defensas y así vivir con mayor salud y bienestar.
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