La cereza es una fruta diurética y rica en fibra. Es ideal para mantener el peso corporal y mejorar el tránsito intestinal. Su alto contenido en potasio favorece la actividad cardiaca y el buen estado de los músculos y del sistema nervioso. También destaca en calcio que participa en la calificación de los huesos y previenen o ayuda a tratar la osteoporosis.
Otros minerales que forman parte de su composición son el fósforo, magnesio y cobre que favorecen la vitalidad general del organismo.
Esta fruta es también una buena antioxidante rica en vitamina A (mantiene en buenas condiciones las mucosas y protege contra infecciones), vitamina C (aumenta la resistencia a infecciones, participa en el metabolismo del hierro, es antihistamínica y estimula la formación de algunos anticuerpos) y bioflavonides.
Además posee ácido elágico un inhibidor de la producción de células cancerígenas.
Las cerezas son buenas para potenciar la actividad física e intelectual porque contienen azucares de fácil asimilación que aportan energía de forma rápida.
- Se recomiendan para prevenir enfermedades cardiovasculares, ya que contiene antocianinas, unos flavonoides que evitan que se formen coágulos en las venas y arterias.
- Para prevenir la acidez y reducir los niveles de ácido úrico.
- Combatir la obesidad, el estreñimiento y la retención de líquidos por su efecto saciante, laxante y diurético.
- Evitar la inflamación de los riñones, insuficiencia renal, etc
- Mejorar el estado general en casos de enfermedades reumáticas como gota, artritis, reuma, etc.
- Fluidificar la sangre y mejorar la circulación.
- Embellecer la piel y obtener un buen bronceado.
INFUSIÓN DE RABOS DE CEREZAS
Tienen propiedades diuréticas.
- Poner a hervir una cucharada de rabos de cereza por cada taza de agua, y dejar reposar 3 minutos, colar y tomar tres tazas al día. Resulta una buena solución contra la retención de líquidos.
FORMAS DE CONSUMIRLAS
- En muchas ocasiones se consumen como fruta fresca. Otras ideas pueden ser combinadas en macedonias de frutas mezcladas con yogur, en forma de conserva, en tartas…
- Las variedades dulces son ideales para consumirlas al natural, las ácidas para preparar mermeladas, confituras, adornar pasteles…
COMO ELEGIRLAS
- Deben ser pesadas, brillantes y de consistencia firme, tallo verde y fresco. Se encuentran a mediados de mayo hasta julio. Una vez compradas deben conservarse en el frigorífico y es mejor no lavarlas hasta el momento de comerlas ya que si no tienen tendencia a formar moho. También hay que evitar ponerlas cerca de otros alimentos que despidan un olor intenso, porque absorben los olores con facilidad.
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