Cada nuevo ciclo que empezamos nos anima a revisar cómo llevamos nuestra vida.
Ya sea al inicio de un nuevo año, tras unas vacaciones, después de tu cumpleaños o en alguna fecha que para ti sea significativa de un nuevo comienzo.
Sea cual sea tu momento de revisión, para que consigas tus propósitos, y los puedas bajar a tierra, te comparto una serie de reflexiones y pasos que espero te sirvan y te ayuden a conseguir lo que deseas. Y que sobretodo puedas alejar de ti esa frustración que provoca no conseguir lo que te habías propuesto.
Una cosa es trabajar en una visión y otra llevarlo a cabo. A veces simplemente, no le estamos dando el tiempo necesario para que ocurra, y si eso pasa, es que tenemos que volver a ajustarlo. Es decir, no viene a ser un imposible sino que necesita más de un ciclo para que podamos llevarlo a la vida.
Porque si no te das cuenta de esto, lo que pasa es que terminas el ciclo haciendo la revisión y te quedas con la sensación que otro año más no has conseguido lo que te proponías, y quizá, estés en la mitad del camino.
PASOS Y REFLEXIONES PARA CONSEGUIR TUS OBJETIVOS
REVISA CADA ÁREA PARA SER PROACTIVA EN TU BIENESTAR
Te invito a hacer un pequeño ejercicio.
- Dibuja un círculo, y divídelo en quesitos con todas las áreas de tu vida.
- Ponles “nota”.
- Hazte estas preguntas:
¿Qué objetivo realista quiero para este nuevo ciclo? (puedes marcarte más de un objetivo).
¿Cómo voy a hacer que ocurra? (marca un plan).
¿Requiere que aprenda nuevas habilidades? (cuales).
¿Hay algo que tenga que dejar de hacer para conseguir mis objetivos? (dale el espacio).
¿Tengo la mentalidad adecuada y la energía para ser perseverante ante las dificultades que puedan surgir? (es el motor para tu motivación).
Voy a darte un ejemplo:
- En el área de salud, pongo un 6. Es el resultado de pensar en cómo ha ido este ciclo que ya termina pienso en cómo lo he hecho, que quería implementar y no conseguí, cómo me he sentido… Escribe lo que haya ocurrido que te parezca relevante.
- Para este nuevo ciclo mi intención es llegar al 10 que significaría la satisfacción absoluta del bienestar que quiero en esa área. Siempre se puede mejorar, pero no quiero que pienses en la perfección, sino en ponerte en acción.
- Una vez he visto dónde estoy que quiero conseguir, voy a establecer un plan claro con mis objetivos. Objetivos que serán reales y alcanzables dentro de mi realidad. Sé sincera contigo misma.
- Y de cada objetivo lo divido en pequeños pasos. Y me centro en cada paso. Esto es lo importante poner foco en el paso a paso, y no en el objetivo final.
Sé proactiva en la búsqueda de las cosas que te hagan falta para conseguir lo que deseas.
DEJA A UN LADO LA PERFECCIÓN Y PONTE MANOS A LA OBRA
Querer hacer todo perfecto, es una utopía. Siempre habrá formas de mejorar. Siempre.
No necesitas saberlo todo para empezar los cambios. No necesitas ser una experta en hacer running, ni en llevar una alimentación más saludable, ni tienes que comprar todo eco si no puedes. Cuando empiezas algo, nunca empiezas sabiéndolo todo, porque la experiencia te la da el conocimiento desde la práctica, que es realmente cuando te es útil y la integras de verdad.
Ser consciente de la realidad en la que vives y ver cómo puedes mejorarla, aunque sea un poquito, quita mucho peso a esos ideales. Esas mejoras que implementes te harán estar más cerca de tu ideal. No menosprecies cualquier pequeño acto, es un paso más cercano a tu objetivo.
Lo que probablemente te va a provocar satisfacción es conseguir adquirir un nuevo hábito saludable, dejar de comer X cosa que sabes que te daña, empezar a leer aquel libro que tienes pendiente… Y no esperar a que las condiciones sean las adecuadas. ¿Existen las situaciones adecuadas? Vas a decirme que sí. Que las hay que propician más que otras. Tienes razón.
Aunque tendríamos que pensar que es realmente lo perfecto y si realmente necesitamos ese perfecto para empezar por algo.
Las situaciones no van a ser perfectas nunca y a veces, me atrevo a decir que hay situaciones muy hostiles. Pero hay una brecha en la que ves el momento del “ahora sí” aunque todo lo demás no acompañe.
Si no existe esa brecha, deja ese objetivo para más adelante. No es su momento y te evitará probablemente muchas frustraciones.
ESTABLECE EL RITMO QUE REALMENTE A TI TE VA BIEN
No hay prisa. De verdad. Si sientes que vas tarde, es el mejor momento para empezar cualquier cosa. Lo que no empieces hoy, no llegará nunca.
La constancia es una virtud que se desarrolla, y te ayudará sentirte motivada con tu objetivo. Para que la motivación esté alimentada es muy importante que lo sientas bien adentro y que sientas que es su momento. De verdad que eso te dará la fuerza para continuar.
Cuando te planteas cambios que impactan de forma directa en el resultado de tu vida, en tu día a día, e intentas cambiar hábitos que llevas más de 20, 30 años … ¿crees que el cambio resulta fácil? La realidad que la ejecución probablemente sí, pero tus automáticos perduran en el tiempo. Por eso mantenerse enfocada y constante hará que poco a poco puedas cambiar una acción por otra más adecuada a tus necesidades de ahora.
NO TODAS LAS ÁREAS SON IGUAL DE PRIORITARIAS
En esta revisión que te propongo. ¿Te parecen que todas las áreas igual de prioritarias?
En un primer impacto probablemente sí. Pero hay acciones que puedes implementar antes que otras que harán que empieces con el avance y que esté alineado con esos objetivos.
Hazte una lista de cada área y los objetivos que pretendes conseguir. Y luego el paso a paso detallado. Que puedas verlo a “golpe de vista”. ¿Qué es lo primero que puedes implementar que hará un cambio significativo? No hace falta que sean muchas cosas.
Si lo miras así, probablemente te ayude a ver qué cosas son más prioritarias que otras, y dentro de eso puedas empezar a moverte y evitar esa “parálisis por análisis”.
SÉ FLEXIBLE EN EL PROCESO
Y sobretodo… no pasa nada si te equivocas. Si no lo consigues todos los días. Si parece más difícil de lo que te habías planteado y eso ahora hace bajar tus fuerzas.
Cambia lo que necesites cambiar. Hazlo fácil para ti. Aunque tardes más. Sé lo más amorosa contigo que puedas. Porque también mereces recibir lo que das. Entenderte como entiendes a los demás.
Equivocarte es una señal excelente de que estás probando cosas nuevas, y esas cosas nuevas al final encajan en tu vida. Encontrarás tu fórmula.
En este mundo de “la vida saludable” hay mil formas de hacer las cosas. Y la única que debes seguir es la que se ajusta a tus necesidades actuales. Estas necesidades van a cambiar, cuando no tienes hijos, cuando tienes hijos, cuando estás en tu etapa fértil cuando ya no lo estás…
Hacer tu alquimia y utilizar las visiones que más resuenan contigo. Tu cuerpo te habla, para atención y escucha. Escucha a tu sistema digestivo, a tu sistema respiratorio, a todo lo que sientes… Y sobretodo escucha tu intuición cuando tengas que tomar alguna decisión.
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