Vamos a empezar hablando de “esos bichitos” que viven en nuestro organismo para ponernos en situación.
Existe en nuestro tracto digestivo una flora microbiana que varía en número y especificidad según el trozo del tracto digestivo en el que esté. Digamos que se va haciendo específica en cada individuo desde su nacimiento.
Una forma importante de adquirir esa flora es en el nacimiento vía vaginal y con lactancia materna. En caso de cesárea se ha visto una mejora de la respuesta inmunitaria impregnando al bebé de la flora vaginal de la madre.
Nuestro sistema se hace “fuerte” cuantas más interacciones con el medio tenemos.
Cuanta más variedad de microbios, siempre y cuando haya un equilibrio, podemos decir que es un entrenamiento. A lo mejor has oído eso de “los niños que tienen animales crecen más sanos”, pues es debido a ese contacto con otros “bichos”. Las bacterias van desarrollando su especificidad con los años y según esas interacciones.
Bien. Esta flora microbiana tiene como función, bueno tiene varias pero de la que te voy a hablar aquí es de la función inmunitaria.
Es importante tener un buen estado de esa microbiota debido a que la mucosa del intestino interacciona de manera permanente con el resto de mucosas del cuerpo y su desequilibrio puede dar lugar a patologías como la atopía, alergias, patologías del sistema respiratorio, cómo bronquitis, otitis, etc.
No es que el desequilibrio provoque estas patologías, generalmente cuando hay alguna patología no se debe sólo a un factor, sino que ese desequilibrio empeora el cuadro cuando ocurren, y nos debatimos en que ha sido primero si el huevo o la gallina.
Personalmente en mi experiencia, tomar probióticos en estos casos ha mejorado el cuadro en la gran mayoría sin meternos en que ocurrió primero porque, simplemente a veces, no lo sabemos.
Lo que nos anima a pensar que si tenemos alguna alteración de la piel o del aparato respiratorio (obviamente también digestivo) los probióticos pueden ser de gran ayuda para su regulación y fortalecimiento de la respuesta inmunitaria.
LOS PREBIÓTICOS
- Estimulan de manera selectiva el crecimiento y actividad de la flora intestinal respetando el ecosistema propio. Vienen a ser hidratos de carbono no digestibles como los FOS (furctooligosacáridos, glúcidos de origen vegetal como la inulina), fibras solubles (pectinas), y cereales fermentados. Son sustancias que no digerimos pero que les sirven a los probióticos para reforzar nuestra salud.
BENEFICIOS DE SU CONSUMO
- Mejora el tránsito intestinal.
- El efecto barrera de la flora contra el desarrollo de algunas bacterias patógenas se ve reforzado.
- Los cereales fermentados son una fuente de metabolitos y enzimas necesarias para el ecosistema intestinal. Refuerzan la actividad enzimática digestiva.
INTRODUCIENDO LOS PREBIÓTICOS EN LA DIETA
¿Dónde encontramos algunas de éstas sustancias prebióticas?
- Las encontramos en las alcachofas, el ajo, la cebolla, el puerro, los espárragos, la avena, la cebada, las hojas de achicoria.
LOS PROBIÓTICOS
- Son micro organismos (bacterias y/o levaduras) no patógenos ni tóxicos, que contribuyen al equilibrio de la flora intestinal.
Su papel esencial es de garantizar una buena higiene digestiva favoreciendo la degradación, absorción de los alimentos y finalizando la eliminación de los residuos.
Regulando las funciones del colon, mejoramos el estado de salud general cómo también trastornos digestivos cómo los gases, mala absorción, hinchazón, diarreas, estreñimiento, etc.
ALIMENTOS PROBIÓTICOS
- El Kéfir, chucrut, sopa de miso, té kombucha, tempeh, chocolate negro (¡qué alegría! 🙂 )
Puedes introducir estos alimentos de forma regular y contribuir al bienestar digestivo de forma bien fácil. Con niños quizá, te toque ingeniártelas un poco, pero seguro que encuentras la manera de conseguirlo y que sobretodo ellos que tienen su sistema en pleno desarrollo y entrenándose cada dos por tres, seguro que incluir estos alimentos les ayuda a fortalecerse y a tener una mejor respuesta contra las agresiones víricas y bacterianas.
Es de suma importancia que ellos también conozcan que estos alimentos son beneficiosos para que cuando sean mayores su tendencia sea a utilizar los alimentos de forma medicinal, en lugar de recurrir a otros métodos, aunque a veces la toma de un suplemento de probióticos se hace necesaria según la patología en cuestión.
Y tú ¿cómo contribuyes a vuestro bienestar intestinal? Te leo en los comentarios.
Si te ha resultado útil, no dudes en compartir, para que así llegue a más personas.♥
¡Muchas gracias!
Bs,
Gema
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“Cuidados básicos de salud cuerpo -mente”
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