Todos sabemos que el gran delfín Flipper es un animal muy querido y mimado. Vive en el acuario de Miami, donde realiza espectáculos para los niños y tiene total libertad para ir y venir, a voluntad suya, por el océano.
Dicen que un día decidió ir a buscar el mar, pues con frecuencia escuchaba decir a la gente que el mar es extraordinario, que es suave y bello, que en él el viento es agradable y siempre brilla el sol. Incluso había individuos que decían que escuchaban al mar o que se dejaban acariciar por él.
Así pues, una bella mañana de verano, Flipper se dirigió hacia el océano Atlántico. Después de andar un rato encontró a una tortuga gigante y le preguntó:
– ¿Podrías decirme por dónde se llega al mar?
– No estoy segura – dijo ella- pero creo que es por allí.
Pronto encontró a una magnifica ballena azul y le preguntó si sabía dónde estaba el mar.
– He oído hablar de él – dijo la ballena- pero no sé realmente dónde está.
Luego, después de haber nadado mucho tiempo, Flipper habló con un tiburón, pero él tampoco sabía la ubicación exacta del mar.
Muy decepcionado, nuestro amigo dio vueltas durante mucho tiempo hasta que, no muy lejos, vio a una hermosa sirena de cabellos de oro. Apenas atreviéndose a creer lo que veía, se acercó lentamente a ella y el hizo la misma pregunta que a los demás. La sirena lo miró asombrada durante un momento antes de responderle:
– Amigo mío, estás en el mar; estamos en el mar; el mar está aquí alrededor de nosotros. Su tranquilidad y sus extraordinarias olas nos arrullan constantemente. Vives en esta maravilla.
Luego la sirena se fue andando con una sonrisa en los labios, al ver el brillo que iluminaba la mirada de Flipper.
Más tarde, ese mismo día nuestro amigo volvió a casa. Había comprendido que poseía al mar desde hacía mucho y que no se había dado cuenta de todas las riquezas que estaban a su disposición.
Michel Dufour “Cuentos para crecer y curar”
Moraleja: La negación de ver el lado positivo de la vida hace que pierdas las visión de todas las riquezas y recursos que posees.
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