Somos muchas personas que día a día queremos mejorar en diferentes áreas de nuestra vida.
Que queremos ser la mejor versión de nosotros mismos.
Y la alimentación es una de esas áreas.
Cómo nos alimentaban en nuestro hogar ha tenido una repercusión no sólo a nivel de salud sino también a nivel emocional.
-
¿Cuántas comidas asocias a momentos de celebración?
-
¿Cuántas veces te ves comiendo aquello que recuerdas que de niña te hacía sentir bien?
-
¿Qué alimentos no puedes ni ver porque te obligaron a comerlo?
Podríamos indagar mucho sobre nuestro pasado nutricional y averiguar muchas cosas que hoy son difíciles de cambiar.
Y un poco ahí reside el cambio real, en cambiar patrones y hábitos que de alguna manera han sido protagonistas durante tantos años en nuestras vidas.
Por ello es muy importante el cómo y el que les ofrecemos a nuestros hijos.
Ofrecerles una gran variedad de alimentos, que puedan elegir, que puedan probar en diferentes formas, genera esa apertura de mente y evita esos bloqueos con ciertos alimentos que a la larga no benefician a nadie.
- ¿Te has visto insistiendo más de la cuenta porque consideras que tienen que comer X cosa?
En general, si nos paramos a pensar en ello muchas veces no es tan importante que coman esa cosa en cuestión, sino que quizá es más importante que aprendamos a ofrecerlo de diferentes formas si es que es tan importante para su salud.
Y aquí viene el quid de la cuestión ¿es realmente imprescindible ese alimento? ¿puede obtener esos nutrientes de otro alimento que le gusta más?
Muy probablemente sí.
La forma en la que les ofrecemos comida a nuestros hijos, parte de la base de cómo lo hicieron con nosotros.
Yo me he dado cuenta de muchas cosas en este camino de la alimentación consciente, y creeme cuando te digo que me quedan aún cosas por descubrir.
No soy perfecta en ello, ni pretendo serlo, pero sí quiero ofrecer lo mejor que pueda dentro de mis circunstancias.
Y este es otro tema: dentro de tus circunstancias.
No siempre podrás hacerlo como idealmente quieres hacerlo. La economía, tus circunstancias personales, tu tiempo, etc… forman parte de este camino, y quizá no siempre las cosas acompañen, pero sin duda, si tienes el foco y la consciencia necesaria para ello, cada día conseguirás estar más cerca de como realmente quieres hacerlo.
Sigue siempre adelante, aunque cueste y te desanimes porque no siempre tus esfuerzos se verán recompensados en el momento, pero les habrás ofrecido a tus hijos lo mejor que has sabido siempre y sin duda en su salud adulta será muchísimo mejor.
Acompañar a nuestros hijos desde una consciencia nos obliga a mirarnos adentro. Y aunque no siempre es un camino de rosas, la satisfacción que obtienes a cada paso conseguido es tan grande como es una maternidad o paternidad consciente.
Deja una respuesta