Los alimentos influyen en tus emociones y tus emociones influyen en tu alimentación. Tanto es así que desde los dos lugares puedes conseguir mejorar tus emociones y mejorar tu alimentación siendo consciente de cómo estás hoy.
Saber manejar la alimentación según me siento, no siempre es fácil, sobre todo cuando estás en un mal momento, pero sí posible. Cambiar la alimentación para sentirme bien es algo importante. Y por eso te comparto en este artículo varias cosas que puedes tener en cuenta y espero que te sirvan para reflexionar sobre ello.
La calidad de nuestros pensamientos también viene dada por ciertas cosas que consumimos, o más bien favorecida, a parte obvio de lo que vivimos en nuestro día a día, de nuestras creencias y valores.
Veamos qué pasa con todo esto.
Cuando se consumen sustancias como el alcohol o las drogas, nos hacen ver claramente cómo pueden cambiar el carácter de cualquier persona, pero ¿y los alimentos ricos en azúcares? ¿O los productos refinados? El alcohol en exceso, está mal visto, las drogas más todavía, pero y estos alimentos, ¿qué pasa con ellos? Pasa que los tenemos instaurados en nuestro día a día y sin darnos cuenta manejan muchas de nuestras emociones.
Los alimentos ricos en azúcares procesados nos dispersan, nos evaden y no nos ayudan a enfocarnos ni a ser ordenados.
Algunos de estos alimentos son:
- Azúcar blanco, sacarina, azúcares artificiales, chocolate, helados, bebidas gaseosas azucaradas, pastelería, horneados rápidos, cereales refinados, panes, harinas… etc.
Éste tipo de alimentos son fáciles de adquirir en cualquier panadería o supermercado y muchas veces las prisas nos traicionan o que simplemente ni sabemos que esto tiene este efecto en nosotros y nuestros hijos. Los del marketing saben mucho 😉
Generalmente este tipo de alimentos te apetecerán cuando estés de bajón, triste, con mucho estrés, un día duro… etc. Son momentos obvios dónde queremos apagar estas emociones. Pero siempre podrás elegir otras cosas dulces que sean más saludables cómo repostería casera con endulzantes naturales que a poco llevan mucha menos carga tóxica que los productos industriales que se utilizan con este fin. No dejan de ser dulces, vale, saludables eso sí, aunque sigan queriendo “dar esa recompensa”. Pero el impacto que tiene en tu salud es bien diferente.
Cuando utilizamos endulzantes naturales a parte del sabor dulce llevan otros componentes que ayudan a que se metabolice mucho mejor y evita el pico de insulina que hay cuando tomamos cosas con azúcares refinados, con lo que con mucha menos cantidad saciarás ese deseo de “calma” y dulce.
Otro ejemplo fácil es cuando los niños toman exceso de azúcares por ejemplo en un refresco gaseoso azucarado, “está como una moto” suele ser la frase que se escucha en estos casos. El exceso de chocolate, chucherías, zumos industriales, etc. No son nada recomendables para niños ni adultos. Niños en especial, sobretodo que en según qué fechas parecen tener carta blanca, y les hacemos un flaco favor a sus cuerpos y emociones. Dulces si, pero saludables 😉
Con el consumo habitual de este tipo de alimentos, y no me refiero sólo a dulces sino también a los refinados como lo que se elabora con harinas blancas (pizzas, pan, bollería, etc) a la larga podemos ver estas alteraciones del tipo:
- Estrés.
- Dolores musculares.
- Malas digestiones.
- Mal descanso nocturno.
- Emociones inestables y reactivas.
- Frustración…
He mezclado sensaciones físicas y emocionales porque si te sientes así o ves que tus hijos se irritan con facilidad, no tienen un buen descanso porque ves que por las mañana están cansados o malhumorados, etc, sería un buen momento para observar cómo es vuestra alimentación. Y no es que haya nada mal, a lo mejor, simplemente que quizá el consumo debe disminuir y cambiarlo por otra cosa. O que obviamente hay otros factores que influyen.
Mi propuesta ante estas situaciones básica:
- Date cuenta que alimentos usas para “desahogarte” (si los utilizas), apúntalos, y verás lo que puedes cambiar en base a esta observación. Escribir siempre ayuda a aclarar las ideas.
- Observa que cosas piden tus hijos con más insistencia y si es posible cambiarlas por algo más saludable (en el caso de que tengan fácil acceso a este tipo de azúcares, o porque les ofrezcan en la familia).
- Cambia los azucares refinados, por endulzantes naturales, consúmelos con moderación.
- Cambia al mundo integral e intenta hacer tu bollería casera lo más sana posible.
Seguro que teniendo una alimentación más equilibrada consigues un estado de ánimo más regular para ti y tus hijos. Cómo dije al principio del post, no es lo único que lo controla pero si influye.
Llevar una alimentación consciente controlada por ti y no por tus emociones es cuestión de decisión. Hay que decidirlo y proceder a los cambios que necesitéis en casa. Poco a poco, con amor y paciencia. Tanto para ti como para tus hijos. Hacer el cambio tan suave que casi no os deis ni cuenta 😉
Si has tenido o tienes algún tipo de adicción alimenticia te darás cuenta con facilidad si te observas un poco cómo te sientes y porque coges ese trocito de lo que sea.
U observar en que momentos te piden tus hijos cosas ricas en azúcares también, para así poder cambiarlo.
Así que añade a tu lista de la compra alimentos integrales, cero procesados y practicad en familia recetas ricas de repostería. Y ya sólo con eso la cosa cambiará.
Y si te apetece, me encantará leerte en los comentarios del blog, para que me cuentes que acciones tomarás para dar un paso más en una alimentación mejor para ti y los tuyos.
Abrazos,
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“Cuidados básicos de salud cuerpo -mente”
Fantástico! Yo también hice esos cambios y la diferencia es abismal. Comparto!
Gracias Pilar!!
Parecen pequeñas acciones pero marcan una gran diferencia.
Me encanta!! Yo también pensaba que no iba a ser capaz de abandonar ese tipo de alimentos, pero tomé mi decisión y me siento genial.
Genial Mayte! Enhorabuena!! 😀
Qué buen artículo Gema! Comparto ahora mismo.
Gracias Neus 🙂
Tienes razón Gema. Todos tenemos muy claro que hay que ir con cuidado con el alcohol y las drogas, y sin embargo con otros alimentos que también sabemos que nos perjudican, actuamos como si no pasara nada. Y sí que pasa. Gracias por recordárnoslo!
De nada!! Gracias por pasarte por aquí 🙂
Gracias por tu artículo. Es un recuerdo importante. Lo último en lo que me he fijado es en la cantidad gigantesca de azúcares que tiene un bric de leche! En un litro, podemos encontrarnos prácticamente 48gr! Estoy muy enfadada con esto. Hasta la leche tiene tanta azúcar. Luego ns preguntamos por qué estamos tan estresados…
Muchas cosas nos influyen, y sin duda la alimentación es una de ellas, si leyéramos más las etiquetas… nos asustaríamos e indignaríamos más a menudo.
Gracias por comentar 😉