Hoy día vivimos muchas situaciones dónde podemos hacer uso de estas herramientas.
Son muy beneficiosas para nosotros puesto que, si las usamos en el momento preciso no tendremos que hacer uso de fármacos ni de otras medicinas más “invasoras” o más desagradables.
Te pongo el ejemplo del dolor de espalda.
¿Cuántas veces te has tomado un analgésico para calmarlo? Yo la verdad, que ni lo recuerdo. Si es que alguna vez llegase a tomarme alguno. Pero llegan a mi consulta con un sinfín de analgésicos a las espaldas para calmar un dolor que al principio, parecía remitir pero que luego aparece con más fuerza o cuando vuelve a aparecer ya no lo calma, lo que lo transforma en algo crónico.
Y ESTO ES LO QUE PASA CUANDO NO HACEMOS NADA CUANDO EL CUERPO TE DA UNA SEÑAL.
Un dolor es una señal de que algo no está bien. Y CUANTA MÁS CONCIENCIA TIENES DE TU CUERPO, MÁS FÁCIL ES DETECTARLO A TIEMPO.
Si existe la costumbre de que a la que duele algo se toma el medicamento en cuestión, lo que obtendremos es:
- Un silenciado de los avisos de nuestro cuerpo, de los síntomas, ya que estos medicamentos nos van a bloquear ciertos receptores para que no tengamos dolor.
- Que en ciertos casos cronifiquemos algo que podría haberse evitado.
A veces pienso que no es la edad, que también, la que acompaña ciertos achaques, sino que la forma en la que te cuidas obviamente hace honor al resultado final.
Hay que cuidarse, si o si. Y más hoy día que bastante mal pintan las cosas como para que dejemos en manos terceras nuestra salud.
Yo tomé una decisión hace tiempo.
Hay veces que la medicación es necesaria. Sí. Pero desde luego esas ocasiones en las que las tomamos para poder seguir tirando, trabajando o lo que tercie en ese momento, no son de esas. Y aunque a veces hagan falta, siempre podemos recurrir después para tratar esa dolencia y poder en el futuro llevarla de mejor forma, incluso curarnos del todo.
Hay que hacer un buen uso de los medicamentos, porque lo que pasa con el tiempo es que el cuerpo se “acostumbra”. Cada vez necesitamos más dosis para calmar esas dolencias y ya no es tan buena idea. Es más, lo que pasa es que cuesta más, si es que es posible, volver a un estado de salud deseado.
Y AHORA LAS TERAPIAS.
Y esto es fácil conseguirlo con las terapias (el estado de salud deseado). Sí, se que el bolsillo de muchos no es del todo boyante, el mío tampoco, pero tengo mis prioridades.
Y a veces, simplemente ir a pasear por la playa, ir a nadar, hacer estiramientos por la mañana y antes de irnos a dormir, o hacer meditaciones cada día, marca una diferencia entre el hoy y el ayer. Y estas cosas no cuestan dinero. Nada más que si quieres ir a la playa o a la montaña, si es que las tienes lejos, puede costarte el transporte hasta llegar allí. Ya está.
Cuando hablamos de dolores físicos podemos tratarnos a tiempo y nos sorprenderá lo que una pequeña inversión en nosotros puede hacer.
- Por ejemplo con una sesión de quiromasaje, trabajando toda la musculatura. La osteopatía trabajando a parte de la musculatura la estructura ósea cuando el tema es más “físico”.
- Cuando hablamos de temas que además se asocia al cansancio o a estados anímicos podemos utilizar la reflexología podal, la acupuntura…
- Y en tratamientos donde las emociones no nos dejan ser nosotros mismos tenemos por ejemplo la kinesiología, las flores de bach..
Estos son simples ejemplos, y muy básicos de lo que pueden hacer estas terapias por ti, pero las posibilidades son muy amplias. Iré contándote cómo funciona cada una de las que yo conozco y trabajo.
EN MUCHAS OCASIONES EXISTE LA FORMA DE ACOMPAÑAR, DE FORMA NATURAL, CUALQUIER ESTADO DE DESEQUILIBRIO.
Cada quien encontrará su terapia, su forma de trabajarse a sí mismo. Es importante que encuentres la tuya, porque de verdad que hay una diferencia de calidad de vida.
TE CAMBIA EL HUMOR, TE SIENTES MEJOR, MÁS TRANQUILA, CENTRADA, RELAJADA Y ACEPTAS LAS “COSAS DE LA VIDA” DE OTRA MANERA, LO CUAL HACE QUE ENFERMES MENOS Y TENGAS MÁS RECURSOS.
La expresión “el pez que se muerde la cola” también podemos usarla para un buen fín.
¿Utilizas alguna terapia? ¿Inviertes en ti?
Cuéntame. Crucemos ideas y conocimiento.
Totalmente de acuerdo con cada una de tus palabras …
¡Ahora, desde la conciencia, me sorprende la cantidad de dinero que invertimos en casas, pisos, gadgets … y lo poco que invertimos en prevención para nuestro cuerpo.
Una vez al mes me autoregalo un masaje y de vez en cuando una sesión de talasoterapia (en invierno sobretodo).
He probado la reflexología, y también me gusta. Ahora me apetece la kinesiología ….
Mi prioridad mi cuerpo, mi mente y mi corazón.
¡Una convencida de lo “natural” y de escuchar el cuerpo!
Mi pareja es kinesiologo. Y yo he usado esta terapia en más de una ocasión. Te la recomiendo muy mucho. Ya me contarás! Un abrazo y sigue escuchándote así 🙂
Gracias por estar aquí.
Me ha gustado mucho, totalmente de acuerdo. Cuando el cuerpo duele nos está avisando de algo, drogarlo para callarlo no lo soluciona, así que hay que aprender a escuchar lo que el cuerpo tiene que decirnos, reconciliarnos con nuestras sensaciones.
Estamos de acuerdo 😉
¡Un abrazo!