Aspiras el olor de aire de montaña que impregna tu jardín. Es fresco y delicioso y te roza suavemente la cara y el cuerpo.
Estás rodeado de montañas, pero parece que una te atrae más que las demás. Escalar una montaña no es tan difícil como parece a primera vista. Estás calzado con unas buenas botas, y desde luego, no sentirás frío con la ropa tan abrigada de que llegas; en la mochila tienes agua y alimentos suficientes.
Empiezas el ascenso por el sendero y ves las formaciones rocosas y las flores silvestres que nacen entre las grietas. Sigues subiendo y subiendo, pisando el terreno con pie firme. A medida que asciendes, el aire va haciéndose más fresco pero no tienes frío.
Miras abajo y te sorprende lo alto que has llegado. Miras arriba y ves que no falta mucho para alcanzar la cima.
¿Ves lo que hay arriba del todo? Es una cabra montesa blanca que salta ágilmente de piedra en piedra sin caerse. Es un animal que pisa el terreno con seguridad y disfruta de la vida de montaña. Sigue mirándola y trata de llegar a donde está. Seguramente serás tan ágil y pisarás con tanta seguridad como ella.
¿Has visto la cueva que se abre a un lado del camino? No todo el mundo alcanza a verla, pero tu vista aguda no pierde detalle. ¿Por qué no entras en la cueva a descansar un poco?
Al entrar, notas el ambiente más templado. El olor de la tierra seca se mezcla con el del aire fresco. No está oscuro. Ves que dentro de la cueva se abren otras cuevas. Oigo un movimiento… ¿y tú? Te adentras en la cueva a ver quién está ahí.
¡Caramba! En estas cuevas vive gente, se llaman los habitantes de las cuevas. ¿Sabías que los habitantes de las cuevas son muy tímidos y casi no reciben visitas porque viven en las alturas de las montañas? Muy pocos montañeros descubren la cueva.
Los habitantes de las cuevas cuidan de las montañas y de los animales pequeños que viven en ellas. ¿Te gustaría quedarte con ellos? Seguro que están encantados de tu compañía.
Tienen ganas de llevarte a la cima de la montaña, cuando estés listo. Seguro que te gustará la sensación de estar en el techo del mundo con el cielo infinito por encima y rodeado de espacio por todas partes…
“El jardín interior de Maureen Garth“
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