Hoy quiero hablarte de las emociones que nos llenan día a día y que nos empujan a comer ciertos alimentos que muchas veces, en la mayoría, nos llevan a comer cosas que no son del todo sana para nosotros.
Recuerdo cuando empecé a estudiar sobre este tema, todas las cosas de las que me di cuenta en mi comportamiento hacia la comida. En qué momentos necesitaba un alimento u otro, o como me sentía cuando comía X cosa. Y para mí fue todo un alivio poder conocer esta visión porque conocerla es un paso para dirigirte al cambio, si es lo que realmente quieres. Y digo realmente porque has de querer cambiarlo, ya que el proceso a veces es un poco difícil.
En mi consulta casi todo el mundo viene con adicciones al azúcar, a picar, a comer de cualquier manera. Una vez restablecidos los hábitos y el buen comer, muchos ya experimentan la disminución de esa bajada de necesidad de picar entre horas y comer cosas que no les benefician. Hay otras personas que no, y generalmente traen consigo una “mochila” llena de cosas que tienen que solucionar.
Muchas veces comemos según nos sentimos. Es curioso, porque el fin de semana parece que te apetece hacerte un plato bien bueno, preparado y comer tranquilamente, cuando entre semana con cualquier cosa te apañas. Esas sensaciones son las que nos llevan a que nuestras emociones controlen nuestra alimentación. Y es algo que hay que plantearse si queremos llevar una dieta equilibrada.
Debemos solucionar esos asuntos que nos llevan a comer compulsivamente y sin sentido alimentos que además nos provocan una adicción que luego es muy difícil romper. Y que además son hábitos que nuestros hijos absorben de alguna manera.
A veces no somos conscientes del porqué comemos una u otra cosa, simplemente lo hacemos porque ya es un hábito en nosotros/as. Pero si realmente te paras a pensar antes de comer ese trozo de chocolate o de queso, en cómo te sientes, seguro que llegas a algún lugar. A eso te invito hoy, a reflexionar que hace que escojas ese alimento y en el momento que lo haces, te dará muchas pistas de algo que tienes que solucionar.
Te deseo un feliz día 🙂
Cuando éramos pequeños mi hermano y yo, mi madre si comíamos bien, yo me pasaba horas castigada con el plato delante, pero si me lo comía todo, nos daba un caramelo.
Siempre he necesitado algo dulce después de comer. Para mi ahora es un triunfo haberme desintoxicado. Pero a veces lo paso mal.
Gracias por el post Gema.
Hola Pilar. Te felicito por tu triunfo. Mucha gente ha tenido experiencias similares. Y por eso hay que hablar, reconocerlas y seguir adelante. Enhorabuena!