No. La de la foto no soy yo. Aunque bien podría haber sido una realidad.
Al ver esta foto he conectado con una de mis salidas de fin de semana a la montaña cuando iba a escalar. Que tiempos aquellos… ya me puedo poner nostálgica porque hace muchísimo tiempo que no voy.
Primero el negocio, luego la maternidad… me alejaron de algo que me hacía mucho bien. Y no en plan accidental, sino porque no me apetecía irme por el cambio de rumbo que había dado mi vida.
Si te digo la verdad, ahora y con mi niña ya con casi 8 meses, vuelvo a tener el gusanillo de volver. De volver a respirar todo aquello. Pero antes tengo que arreglar unas cosas. Cosas urgentes que deben arreglarse.
Cuando he visto esta foto he recordado y he conectado con un momento en concreto, con un paisaje similar.
Era una roca alta, no difícil, pero sí para mí, porque tenía un paso que daba bastante miedo hacer. No había riesgo de caída grave. Pero el miedo lo sentía de igual forma. Era emocionante.
Recuerdo a mi amigo que me dijo: Vigila ese paso… y yo a medida que me acercaba a “ese paso” pensaba… jodeeer, mientras el corazón iba acrecentando sus pulsaciones por el esfuerzo y por el momento en sí. Es una pasada cómo cuando sientes ese miedo el cerebro y tu cuerpo van a una de tal manera que no hay nadie más contigo misma allí arriba.
Cuando lo pasé y llegue arriba descansé, colgada, mi ritual de siempre mientras mi amigo se sentía orgulloso también de mi pequeño éxito.
Era un día espectacular. Cielo azul, alguna nube blanca, una brisa suave y agradable y el sol que calentaba y alimentaba el alma.
A mis pies las copas de los árboles en la inmensidad de aquella montaña. Aún si cierro los ojos consigo estar en aquel lugar.
Hoy he querido compartir esto contigo. El miedo a veces nos paraliza, otras nos hace más fuertes. ¿O siempre nos hace más fuertes? La cuestión es que allí arriba no puedes parar, tienes que seguir, no hay vuelta atrás.
Y ahora, mi vida ha tomado tal rumbo que tampoco la tiene. Y supongo que por esto me he dejado inspirar hoy, y me permito compartir esto contigo.
Deja que el miedo te inunde porque no tendrás otra que seguir adelante. Como yo hice. Como hago hoy.
Deja una respuesta